miércoles, 2 de enero de 2008

Entrevista con el más allá

"Jaime"

Tengo muy claro que en el momento que hacía pública parte de mi conversación con Jaime, era objeto de los más burlescos comentarios de parte de mis adversarios políticos… esa izquierda desgastada y anclada en el pasado. Debo decir que lo tenía contemplado. Pero descubrir ricillas incrédulas y escuchar tan frontales como elementales comentarios por parte de gente cercana a Jaime, me desbarató. Como cuando Iván con toda su torpeza me palmotea fuerte diciéndome: “Buena Pablo, con esa nos cagamos a estos huevones… te felicito, no sé cómo no se me ocurrió a mí”. O aquella vez que escuché a Jovino decirle a Joaquín: “No nos ayuda en nada este huevón con este comentario. Más encima qué tiene que ver Jaime en todo esto?… vay a tener dibujar bien la cagadita que se mandó Pablo”.

Sin detallar la cara de admiración con que me miraba Sonita, siempre sentada en la recepción del partido… era como si estuviera viendo a un santo. O Hernán, que socarronamente se acerca y a mi oído y susurra: “¿Y no te dijo los números del Loto de pasadita?”. Es por eso que cinco años después decido hablar del tema. De aquel episodio que me puso en el tapete de las mofas. No lo hago como un intento desesperado de volver a la palestra, se trata sólo de la firme convicción de lo bueno que sería contar toda mi conversación con Jaime… porque no sólo la izquierda tiene líderes muertos, mártires o caudillos pasados de moda. Nosotros - la centro derecha - tenemos a Jaime, asesinado en democracia por terroristas… ¿¡Para eso querían Democracia!?

Esta fue mi conversación:

J - ¡Pablo, no te asustes… soy Jaime, tu viejo Jaime… el de siempre!
P -
¿¡Jaime eres tú!?

En ese momento me quedaba helado al reconocer el rostro calvo y pálido de Jaime que se proyectaba justo en frente de la imagen de San Josemaría Escrivá de Balaguer que vigila mi dormitorio. Es que yo sabía que este momento llegaría pero cuando la Biblia lo indica, para la resurrección de los muertos. Jaime se me adelantaba.

J - Tranquilo… Sólo quiero hablarte de temas que nos afectan a todos quienes llevamos una vida recta aferrada a la oración y al trabajo. Me refiero a temas que afectan al partido, Pablo.

P - Están acusando a Jovino de agarrarse a cabros chicos. Te aseguro que está la izquierda detrás de todo esto, y quizás algún hijo de puta de Renovación Nacional.

J - Tienen que desenmascarar a ese cura, el Jolo. A ese cura y a Gemita, quien hasta el momento es su instrumento. Pablo… ese tal Jolo no es un sacerdote de los buenos. Da entrevistas, lo reconocen en las calles… no se comporta como un religioso ejemplar.

P -
Pero Jaime… ¿Cuál es el problema con eso. No has visto como se maneja Joaco con la prensa? Eso no lo hace un mal devoto.

J - El problema es que Jolo tiene inquietudes sexuales y no las esconde, es inmoral y de seguro marxista. Le gustan las mujeres. Mantiene una relación hace años ¡es más! Tiene intenciones futuras de dejar el sacerdocio y casarse. ¿¡Dónde has visto tamaña falta de decoro y desapego a la palabra de Dios!?

P - No has perdido tu lucidez Jaime. Pensábamos que esto era planeado por la izquierda. Dime que hacer. No mentiré. Diré que hablé contigo. Me ganaré las burlas de la prensa y de nuestros adversarios, pero seguro que en el partido podrán entenderlo.

J - Pablo… tranquilo. Buscaré el momento y me apareceré ante Gemita. Me haré pasar por su consciencia y conseguiré que niegue todo lo anteriormente dicho.

P - ¡Entonces voy a llamar a una conferencia en el partido para que hable esta cabra de mierda!

J - ¡Calma Pablito! Vamos a utilizar sus propios medios de comunicación. Esos que dicen dirigirse al pueblo pero lo componen puros intelectualoides y ovejas negras de nuestras tradicionales familias. Ese diario de mierda que se ha enriquecido burlándose de la obra del Gobierno Militar, pero que le paga una miseria a sus románticos colaboradores y que más encima han utilizado tu aparato reproductor - ese que te ha dado siete hijos - para reírse de nuestro sector.

P - ¿Pero no te tinca publicarlo en El Mercurio mejor?

J - ¡Tú no entiendes de estas cosas! Déjame hacerlo a mi modo. Tú sólo comenta brevemente nuestra conversación y así descubriremos verdaderamente quienes están con nosotros.


En ese momento la imagen de Jaime pierde nitidez. Sus palabras se funden con ruidos, jadeos y gemidos. Cuando ya perdía la esperanza de hacer nuevamente contacto con Jaime su imagen aparece nuevamente. Esta vez se notaba más relajado, su calva sudaba y entre jadeos me comentó:

J - Otra cosa Pablito… Tenemos que detener a ese católico oportunista, a ese aparecido. Ese roto que con plata a logrado lo que nosotros nos merecemos por tradición.
P - ¡Pero Jaime… A pesar de ser de otra clase, Iván a dado muestras de ser uno nuestro!

J - Me refiero a Sebastián. Cuando ya esté una mujer gobernándolos, este infiltrado en la derecha sacará provecho. Hablará de Chile como una más de sus empresas.

P - Y tan simpático que parece.

J - Es lo que parece Pablito… Sólo tienes que seguir a Joaquín. Aunque parezca que habla y hace huevadas, sólo tienes que seguirlo. Junto a él, tienes que hacerte amigo del gobierno de turno. Participa en cuanta reunión, acuerdo, comisión y proyecto impulsado por la izquierda. Junto a Joaquín, hazte ver como un tipo simpático que se descuelga de fanáticos como Evelyne, Juan Antonio o Iván. Es la única manera de frenar a este marabunta de Piñera… ¡Ya te dije ya!

Fue en ese momento cuando los jadeos de Jaime aumentaron finalizando con una notoria expresión de placer. Su imagen terminó por desaparecer apoderándose el silencio absoluto de mi dormitorio.

Pablo.

Nota al Pie:
- Cuando hablo de la izquierda, me refiero a la Concertación. La otra izquierda, no existe.

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