jueves, 3 de enero de 2008

El colgado de la semana

Colorín Colorado,
tu militancia se ha acabado...


Finalmente, terminó la teleserie más exitosa de los últimos tiempo: expulsión de Adolfo Zaldívar de la Democracia Cristiana, partido en el que militó por décadas, no sin la cuota de dramatismo que trajo el soponcio navideño de Alvear, la filtración de la decisión del Tribunal Constitucional del partido a La Tercera, ni la supuesta renuncia de Carlos Figueroa a la presidencia del organismo falangista. Lo cierto es que Adolfo Zaldívar, el díscolo senador DC, hacía rato marcaba un paso distinto a sus camaradas.

Resulta curiosa la figura de Zaldivar. Quizás por su marcado complejo mesíanico que le llevó a un intento pseudo golpista de desbancar a Alvear en las primarias presidenciales -tiro que le salió por la culata- o tal vez por ser el menor de una camada de hermanos en donde tuvo que luchar para sobrevivir -supongo que no fue fácil sobrevivir en ese nido de ratas-, el carácter de Aldolfo se ha forjado a la usanza de la vieja política, a la usanza románica, en donde la tradición y por cierto, la traición, van de la mano con una gran cuota maquivelistica.

Su ultima movida, como gota que rebasa la copa, fue destinar mil pesos al financiamiento del Transantiago, en vez de 198 millones, poniendo en serios aprietos a sus propios compañeros de partido, tanto al Ministro de Transportes, Rene Cortázar, como al de Hacienda, Andrés Velasco -a quien también pidió su salida del gabinete-, movida que gatillo su mediática salida de la DC luego de polémicas acusaciones tras la decisión del tribunal Constitucional de su partido.

Adolfo ha repetido incansablemente durante el último año sus intenciones de cambiar el modelo, sin embargo, nunca ha hecho ninguna propuesta concreta para ello. Es más, me pregunto si en su defensa de los pobres, que también utiliza para atacar el TranSantiago, estaban incluidos los pescadores artesanales que perjudicó al votar la Ley de Pesca, sin tomar en cuenta que él mismo es uno de los dueños de salmoneras en el Sur de Chile y a su vez, miembro de la Comisión de Intereses Marítimos, Pesca y Acuicultura. Como Uds. ven, Adolfo Zaldivar es un real fresco de raja.

Por estos días, luego de cerrar la puerta de su partido por fuera, así también como su pertenencia a la Concertación, el senador por la XI región ha anunciado la creación de un nuevo referente político, aunque con las crecientes dudas de sus seguidores respecto a irse con él y abandonar la DC, Zaldívar está más solo que el Grinch para Navidad. Ojalá que le vaya bien en lo que quiera que haga, y por el amor de Yahvé, que se retire del ámbito público, pues simboliza la razón del descontento y alejamiento entre los ciudadanos y la política.

Erick Milla C.
erick.milla@gmail.com

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