miércoles, 9 de abril de 2008

Editorial

Lo que no se atreve a decir Jorge Reyes

Es verdad, soy el prototipo de la nueva derecha conservadora. No de aquella que nos llevó al poder por última vez con Jorge Alessandri, ni de esa que se vio obligada a participar en parte del Gobierno Militar. Me podría definir como la tercera generación de gremialistas educados por discípulos directos de Jaime Guzmán.

He dedicado mi existencia al estudio del derecho, el correcto obrar de las personas y los eventuales abusos de un Estado en el papel, laico. Creo en la coexistencia armónica entre ricos y pobres y su mutua dependencia. Nuestro exitoso sistema requiere de sacerdotes, militares, empresarios, políticos y profesores capaces de controlar a la masa por medio de sus variados instrumentos.

Recalco la importancia de la existencia de la clase trabajadora en nuestro “Sistema de Balanzas”. Necesitamos con urgencia a esa mano de obra obediente y educada bajo nuestra moral. El ascenso social desde las capas bajas hasta la inquietantemente extensa clase media, debe ser moderado y controlado. Esto lo digo sin ánimo de aleonar empolvadas luchas de clases, lo sostengo desde la convicción de preservar esta brecha entre ricos y pobres, como elemento que asegure el éxito de nuestro sistema. Declaro defender la tesis de reforzar el vínculo con este sector a través de la seducción del mercado y la moral católica con su profunda concepción del pecado. Pero es vital para nuestra balanza construir esta masa de gente.

No debemos permitir el libre acceso a métodos de control de natalidad en los sectores más bajos de la población. Necesitamos de todas aquellas familias numerosas que componen el círculo de la pobreza, ya que tarde o temprano, pasarán a ser parte de nuestra mano de obra. Debo advertir que el uso libre me métodos anticonceptivos y de emergencia generará una nociva cadena de acontecimientos en nuestros sectores populares. Podrán planificar el nacimiento de individuos, habiendo menos miembros en una familia tendrán mayor acceso a la información, al conocimiento y al estudio facilitando la movilidad social, efecto que conspira seriamente en contra de la salud de nuestro equilibrio.

Por Italo Franzani

1 comentario:

Patricioe.- dijo...

Grandes palabras que representan el pensamiento de gente que pese a poseer un nivel intelectual y económico importante, les hace sospechosos de querer dejar que las cosas se mantengan así o empeoren ¿El objetivo? Mantener su piso para alcanzar lo que realmente les quita el sueño y les sirve de trampolín para lograr tenerlos más arriba y al resto más abajo, el poder político.