Chancho en misa

Juan Pablo Sáez en homenaje oficial a Salvador Allende

Quizás se trata del evento social de izquierda más importante del año. Los invitados, inteligentemente escogidos, no destiñen y se ponen a la altura del natalicio. Por supuesto es posible apreciar a parte de la familia Allende que le ofrece validez histórica al evento. Antiguos representantes del allendismo que desde sus puestos de Estado sólo rescatan las buenas intenciones del compañero presidente, acompañan a la doctora socialista, Michelle Bachellet.

Continúo mi vistazo y compruebo la ausencia absoluta de personeros democratacristianos, de esos que forman parte del gabinete de la presi o de aquellos que se van a sentar al Congreso. Advertirle al militante DC sobre el contrasentido de su presencia en un homenaje oficial al derrocado mandatario, y su postura golpista de aquellos años… iba a ser imposible. Por primera veíamos a los patriarcas comunistas convidados a un acto en honor a Allende desde que existe Concertación.

Por otro lado, la ausencia del vocero de gobierno, Francisco Vidal, confirmaba la mordaza que le chantaba el Gobierno después de una semana llena de desaciertos. Algunas representantes de agrupaciones de detenidos desaparecidos y gente del mundo de los derechos humanos, se encargan de recordar que no todo es fiesta y que quedan temas por resolver. Mientras tanto, la protesta pacífica estuvo a cargo de un grupo encabezado por el visible Pedro Lemebel, quienes en sus poleras exigían la libertad de la documentalista Elena Varela. El glamour intelectual de izquierda relucía y era modelado por actores, artistas plásticos, escritores, músicos, apitutados y el ministerio de cultura que encabeza Paulina Urrutia.

Está todo precisamente planeado para homenajear al Presidente de los trabajadores, en un acto donde estos mismos brillaban por su ausencia. No se podía escapar ningún detalle en lo más granado del socialité progre, sin no fuera por la presencia del actor Juan Pablo Sáez, famoso últimamente por perder su teatro en un incendio. De inmediato me acerco a él y en una breve entrevista me contesta lo siguiente:

¿Qué estás haciendo acá?
- Lobby para construir mi teatro. ¡Qué más va a ser!

Ah! entonces no eres allendista.
- Sí… No. Allende es una figura histórica, un símbolo para el mundo entero.

¿Por qué un símbolo para el mundo?
- Heee, las ideas pueden ser diferentes pero las personas son más importantes que eso, y la Democracia está por encima de las diferencias.

O sea te cae bien Allende.
- No. Yo Creo en las personas

¿Eres Aliancista Allendista?
- No en serio. Cuando las personas entran en la historia merecen respeto y yo soy chileno.

Pinochet también entró a la historia ¿Merece respeto?
- Y… por supuesto. Por qué no. Todas las personas merecen respeto.

Por Italo Franzani
Fuente: Italo Franzani