lunes, 23 de junio de 2008

EL preciso pollo a Paya

Hace pocos días, Darío Paya, dirigente de la UDI proveniente del extracto c2 y fiel escudero de Jaime Guzmán, se hizo acreedor de un soberbio escupitajo por parte de estudiantes que intentaban tomarse la sede de su partido. La noticia, destacad anecdóticamente por los medios, me lleva a preguntar por que resulta tan raro escupir a ladrones, violadores, operadores políticos, demagogos, tecnócratas y burócratas que se hinchan los bolsillos al margen de la ley.

Lejos de ser curioso, no es la primera vez que este medio de expresión se utiliza como repudio ante un tercero en nuestro país: Mario Lepe escupe en el rostro a Leo Rodríguez frente a las cámaras en medio de un agitado clásico universitario, una jueza octogenaria escupe con desprecio a periodistas a la salida del tribunal, mapuches enojados escupen a dirigentes de la CONADI, Longueira recibe una lluvia de pollos por meterse a una población de su distrito el día de la votación, el nieto de Prats descarga un certero y póstumo salivazo sobre el féretro del dictador Augusto Pinochet, en un acto de desprecio tan frío como puede ser la venganza. La ruta del escupo crea una sinergia única que como un motor inmóvil, reparte saliva sin percatarse del credo de sus víctimas.

Concordemos en que la historia no ha sido favorable para con el escupo en el último tiempo. De gozar una época de esplendor en donde no expectorar era considerado de mal gusto y a lo menos sospechoso, en pleno medioevo, la llegada de la modernidad, a mediados del S. XIX, nos obligó a escupir en sectores asignados, en escupideras comunes, perseguidos y relegados como elefantes blancos que caminaban hacia una deshidratada y lánguida muerte. Mientras el suelo ya no era lo suficientemente bueno para nuestra saliva, el gargajo fue perdiendo terreno paulatinamente hasta hacer de él algo sucio y mal visto en nuestros días.

No obstante, el rescate del escupo tiene grupos sumamente activos en el mundo, pese a las prohibiciones y trabas. El record Guineess del deporte amateur de escupir cuescos de cereza alcanzó la nada despreciable distancia de 25 metros en USA, mientras que la disciplina cultivada desde tiempos remotos en Africa del Kudu Dung, la de escupir semillas a distancia, ha renacido con nuevos bríos en diferentes áreas del continente negro. No obstante, no todo es color de rosas: en China, Seúl y Camboya, las penas para los escupidores aún se consideran faltas graves a la moral y las buenas costumbres.

En nuestro caso particular, un escupitajo certero refleja no sólo la impotencia de los ciudadanos comunes frente a una estructura de poder decrépita e ineficiente, sino que es en sí misma una poderosa forma de expresión profundamente arraigada en nuestra sociedad. Ad portas a desaparecer como una desagradable y campechana costumbre, el mentado salivazo se compone hoy de una carga emocional poco apreciada, tomada como simplemente una secreción corporal más.

Es nuestro deber y obligación la defensa de nuestros derechos, de escupir al político corrupto, de salivar al hincha del equipo rival, de lanzar un gargajo desde un automóvil en movimiento contra una muchedumbre ignorante, de expectorar a gusto instituciones de precario funcionamiento. Finalmente, escupir es un derecho humano básico, que se desprende del derecho a expresión, y en una democracia madura, eso nadie nos lo puede quitar… solo la sed.

E=MC2

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Erick... ¿qué pasó con ese escupo que todos lanzamos alguna vez, ese en sentido contrario al viento, ese que desafía al futuro y muchas veces desparramado en tu cara te lo tienes que limpiar? ¿Quién no ha puesto a prueba su consecuencia al extremo de tener que degustar su propio escupo?

Para que les quede más claro, les mando el siguente link... pónganle oreja!!

http://www.youtube.com/watch?v=-CyPixDcNzk

Italo

Anónimo dijo...

Por todo eso y mucho más...

¡¡¡QUE VIVA EL POLLO!!!

jajajaj

pd.: sorprendida gratamente...

Anónimo dijo...

Por todo eso y mucho más...

¡¡¡QUE VIVA EL POLLO!!!

jajajaj

pd.: Erick: sorprendida gratamente...